Michael Rowe: Gana en Cannes y no tiene trabajo
Columba Vértiz de la Fuente
MÉXICO, D.F., 6 de julio (Proceso).- Después de que Año bisiesto obtuvo la Cámara de Oro en mayo pasado en el Festival Internacional de Cine de Cannes, su director, el mexicano-australiano Michael Rowe, se enfrenta a una cruda realidad: está sin empleo y no es el dueño del filme.
Y para colmo: La cinta, vendida a 14 países, entre éstos Francia, Estados Unidos, España, Hong Kong y Filipinas, no cuenta con un distribuidor en la República Mexicana y, por tanto, no tiene fecha de estreno.
Egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), Rowe, quien desde hace cuatro meses no encuentra trabajo, comenta que haber filmado Año bisiesto, su ópera prima (“después de tanto años de lucha por rodar un largometraje”), “con un premio tan importante de Cannes, es un sueño y un orgullo”.
La película se proyectará a finales de julio en el Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, en Guanajuato.
Año bisiesto, protagonizada por Gustavo Sánchez Parra y Mónica del Carmen, es un “drama sexual”, según lo ubica Rowe, de 37 años de edad. Narra una dolosa historia de amor con la que se explora el mundo del masoquismo, la necesidad de afecto y la entrega condicional.
Año bisiesto fue apoyada por el Instituto Mexicano de Cinematografía en la posproducción, “de lo contrario no hubiera participado en Cannes”, exclama.
Además, fue toda una odisea que Rowe viajara a Cannes:
“Yo pagué mi boleto escribiendo artículos para la revista de una aerolínea. El festival no me ayudó con los gastos.”
–¿Qué ha pasado después de Cannes?
–Estar en Cannes fue increíble. La sensación de ver tu película en la misma pantalla donde se han iniciado gente como Francis Ford Coppola, en fin, los grandes, no tiene comparación.
“Pero es chistoso, un poco esquizofrénico. En un momento estás parado junto a las luminarias del mundo cinematográfico y en otro te encuentras rascándole para ver de dónde sacas para la renta del siguiente mes. Es como vivir en una realidad dividida.”
Desde su entrada al CCC, siempre intentó levantar proyectos, pero pasaron nueve años para filmar su primera cinta:
“La verdad es que me he desempeñado en los últimos ocho años en otras cosas, principalmente editando revistas; sin embargo, nunca dejé el cine por completo, siempre daba clases o estaba metido en algún corto. Hasta ahora que por fin pude rodar.”
Antes de empezar Año bisiesto, compró todo su equipo para filmar, pero se lo robaron de su departamento: “Entraron en la casa. Fue alguien que sabía que allí se encontraba el equipo. Sólo entraron a eso porque no se llevaron más cosas. No obstante, decidí empezar de nuevo y por fortuna me topé con la compañía Machete producciones.”
Su primer corte
El primer corte de Año bisiesto, también primer largometraje de la empresa Machete Producciones, lo envió a un mercado nuevo en Argentina, orientado hacia distribuidores, llamado Ventana Sur:
“Se llevaron el primer corte en digital sin música, voz, color, nada, y se volvió un poco la locura de ese festival. Hubo tres o cuatro distribuidores peleando la película y fue invitada ‘extraoficialmente’ a Cannes. En Argentina la compró un pequeño distribuidor francés y como agente de ventas para el resto del mundo. Se ha vendido como en 14 países.”
–¿Esas ventas le han retribuido algo?
–No, porque firmé un contrato en la cual no me toca nada de los ingresos de la película.
–¿Usted aceptó ese contrato?
–Sí. Es común que con las primeras películas, los productores se queden con el proyecto, pero tampoco los productores ganan la gran cosa por como están estructuradas en México la distribución y la exhibición: 60% es para los exhibidores y 40% para los distribuidores.
–Cuando filmó el contrato, ¿no pensó en que ya no obtendría nada?
–Primero me sentí triste, luego me reconforté porque se iba a filmar el largometraje. Creo que fue una decisión mala de mi parte pero fue en un momento en el que ya había intentado todo tantas veces para levantar un proyecto. Al no tener éxito durante tantos años para filmar, simplemente uno se desespera.
“Esta película ya no es mía. No tengo poder de decisión en nada sobre ella.”
–¿Sirve de algo tener un reconocimiento como el de Cannes?
–Sí. Espero que sea más fácil conseguir financiamiento para mis próximas películas. Año bisiesto la veo como mi boleto de entrada, mi derecho de piso, no me quedé con nada del filme, sólo mi sueldo, y apenas me lo pagaron el pasado lunes 28 de junio.
“Lo bonito es que ya se sabe quién soy.”
–Si consigue un distribuidor en México, ¿usted llegaría a tener algún beneficio económico?
–Hay cierto porcentaje de derechos de autor que es irrenunciable, me parece que es .6% de la taquilla, pero el largometraje ya no es mío desde que firmé el contrato.
–¿Que ha hecho desde Cannes hasta ahora?
–Tengo en proyecto tres películas. De una ya está el guión y las otras dos las estoy trabajando. He tenido propuestas de trabajo cinematográfico interesantes, pero deseo realizar mis propias películas.
–¿Es complicado decidir realizar sus propios proyectos aunque esté de por medio su situación económica?
–Bueno, uno tiene responsabilidades, tengo una hija. Tampoco quiero colgarme el papel de víctima, pero hablando con cineastas que conozco, se sabe que es complicado, y más cuando uno tiene cierta edad y obligaciones económicas.
“Mientras, a ver qué hago…”
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