Atmósferas

"Atmósferas", libro sobre la obra de Ricardo Martínez (Proceso 1633Anticipándose a la celebración del nonagésimo aniversario de Ricardo Martínez (México, DF, 28 de octubre de 1918), Siglo XXI Editores y el Instituto Nacional de Bellas Artes han impreso el libro Atmósferas, que reproduce en formato reducido, pero a todo color, 122 óleos sobre tela pintados entre 1944 y 2007, a la manera de una deseable retrospectiva que permite al lector –trátese de un viejo admirador o de un recién llegado a esa comarca encantada de colores y volúmenes– atisbar el dilatado ejercicio de indagación en que el pintor ha invertido más de dos tercios de su vida.

Era indispensable disponer de una edición así, desde hace tiempo, y se agradece que ésta exista, aunque más se agradecería que el formato fuese un poco más grande y el diseño un poco más fino. Ricardo Martínez es un gran pintor y su obra merece la mayor fidelidad y las mejores condiciones de lucimiento cuando lo que se quiere es ayudar a mostrar su belleza.A ese empeño quieren colaborar las 14 aproximaciones escritas que acompañan el libro –casi todas ellas obra de poetas–, cubriendo el mismo arco de tiempo que las obras reproducidas. Entre esa multitud de líneas que quieren ser reflejo de las que traza Ricardo Martínez, hay algunas muy importantes para comprender y disfrutar a fondo ese diálogo de luz y sombra que se entabla en cada uno de sus cuadros. Entre las más notables se encuentran las del propio pintor, recogidas por el buen oído de Ricardo Garibay, que lo escucha referirse al interminable trabajo ante el lienzo como esa "esclavitud que nos permite al cabo del tiempo ser enteramente libres".En la inteligente compilación de ensayos –hecha por Miguel Ángel Muñoz, autor también de un pequeño libro sobre la obra de Martínez, publicado en 2001– sólo se echa de menos un artículo que debe contarse entre las mejores apreciaciones de la pintura de Martínez, escrito por Raquel Tibol en 1977. Citemos, para recordarlo, sus líneas finales: "...telas de gran tamaño, pintadas con sutilezas, golosamente, para producir sensaciones de murmullos o silencios. Pintura tímbrica, reveladora de la vocación musical de quien la produjo. Y pintura accesible, también, con seguros arrestos de universalidad."Ricardo Martínez: Atmósferas, Siglo XXI Editores / Instituto Nacional de Bellas Artes; México, 2007. 244 pp. (R.Vargas)